Para que haya una combustión eficiente se requiere lo siguiente:
- Un control de la relación aire-combustible que tenga mínimas variaciones en su sistema de automatización durante todas las etapas de combustión (encendido, flama baja, media y alta).
- Que tenga un sistema de modulación para evitar que en largas jornadas de trabajo el quemador tenga paros y arranques innecesarios.
- Realizar continuamente su monitoreo en la emisión de gases por la chimenea.
- Verificar que la temperatura indicada en el termómetro de la chimenea no exceda 32° con respecto a la temperatura de trabajo de la caldera.
Si la temperatura excede a la de trabajo es muy probable que la caldera se encuentre hollinada por el lado fuego o se encuentre incrustada por el lado agua o ambas. Recuerde que cada grado centígrado en exceso de chimenea significa dinero “tirado” a la atmósfera y si sus equipos trabajan 24 horas al día el desperdicio es muy grande hasta que se corrija.
En varias ocasiones es preferible detener el funcionamiento del equipo y efectuar un servicio de limpieza del equipo. Adicionalmente es muy recomendable efectuar un ajuste a la relación aire-combustible con analizador de gases para asegurar que la caldera ya no holline y por otro lado asesorarse con una empresa de tratamiento de aguas y que apoye con un buen tratamiento de aguas, así como asegurar que los operarios realicen las purgas conducentes conforme lo indique la empresa de tratamiento de aguas.
Para evitar la dependencia del factor humano es recomendable la adquisición de un sistema de purgas automáticas de fondo y de su superficie y un control de nivel de agua (Level Master) que indica cuando es necesaria la purga de columna de nivel.